Archive for the ‘Poesía lingüistica’ Category

Sin titulo

lunes, agosto 4th, 2025

Al fin
todos hemos sido héroes.

Sin hacer apenas nada,
habiéndolo hecho todo
sin hacer apenas
nada,

en silencio, levemente,
de la forma en que pasan los inmigrantes sin papeles
por la puerta de la casa.

Al fin
todos sabemos lo que tenemos,
y lo que no.
Donde están las cosas
y las personas,
donde están los sitios
que nos convierten en héroes
cada vez
que vemos salir de nuevo el sol.

Así una rembetika
nos balancea suave en la resaca sabia de los domingos,
en la resaca suave y plena de fatalidad a media sonrisa.

Así al fin
todos somos héroes, sabios y mediterráneos,
igual que galgos abandonados
desapareciendo como fantasmas
llenos de miedo y de amor.

XIII (Un poema de «El síndrome de Guillain-Barré», Alberto Caride)

sábado, agosto 2nd, 2025

SOLO guardo amor para tu recuerdo.
Quizá, como no oímos el crujir
de la rama a nuestro paso,
no ha sido fácil tomar tampoco
conciencia del olvido.

Pero una cosa es cierta: nunca hubo truco
en nuestro numero de magia,
y por eso será difícil
que pueda repetirse el espectáculo.

UN GATO EN UN PISO VACÍO (Un poema de Wislawa Szymborska)

miércoles, julio 2nd, 2025

Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
(Trad. Abel A. Murcia Serrano)

La loba (Un poema de Alfonsina Storni)

sábado, junio 28th, 2025
Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.

Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y saben que las lobas vienen del matorral).

¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

No os robará la loba al pastor, no os inquietéis;
Yo sé que alguien lo dijo y vosotras lo creéis
Pero sin fundamento, que no sabe robar
Esa loba; ¡sus dientes son armas de matar!

Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta
De ver cómo al llegar el rebaño se asusta,
Y cómo disimula con risas su temor
Bosquejando en el gesto un extraño escozor...

Id si acaso podéis frente a frente a la loba
Y robadle el cachorro; no vayáis en la boba
Conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...
¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!

Ovejitas, mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños
Por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha
No sabréis defenderos, moriréis en la brecha.

Yo soy como la loba. Ando sola y me río
Del rebaño. El sustento me lo gano y es mío
Donde quiera que sea, que yo tengo una mano
Que sabe trabajar y un cerebro que es sano.

La que pueda seguirme que se venga conmigo.
Pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,
La vida, y no temo su arrebato fatal
Porque tengo en la mano siempre pronto un puñal.

El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!
Aquello que me llame más pronto a la pelea.
A veces la ilusión de un capullo de amor
Que yo sé malograr antes que se haga flor.

Yo soy como la loba,
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.

MARILLION (un poema de Andrés de la Orden)

domingo, junio 22nd, 2025

Dicen que te marcharás
en breve.
Que tus bigotes y tus ojos ya no me harán cosquillas
en la cama, y definen
enfermedades felinas, y barruntan
prontos colapsos renales y visitas de Bastet, siempre
tan terrible.
Pero yo sé que las noches de hospital tienen sábanas tal púas,
Levantazos de abandono y grilletes de lágrimas
en vena, y conozco los siete estamentos
eternos
de tu libertad.
Ya son pocos los días, dicen tus curanderos.
Y cómo mienten.
Yo conozco tu nombre, y es tinta sobre mi piel.
Tendrás manos y arrumacos en ese tu viaje
en las almadías, sigilosas, que singlan las cavernas
donde juntos moraremos.
Esta es nuestra casa y esta nuestra siempre, siempre, más allá, Calma
de Enero.
Dicen que te marcharás, pero desconocen
que derrotaste a Grendel y eres la guitarra
que dio color a las lavandas.
Tú quedarás, hermano, aquí con nos, y nosotros,
tras tus patitas
nos iremos contigo.

La soledad

viernes, junio 20th, 2025

(Un poema de Idea Vilariño)

Esta limitación esta barrera
esta separación
esta soledad la conciencia
la efímera gratuita cerrada
ensimismada conciencia
esta conciencia
existiendo nombrándose
fulgurando un instante
en la nada absoluta
en la noche absoluta
en el vacío.
Esta soledad
esta vanidad la conciencia
condenada impotente
que termina en sí misma
que se acaba
enclaustrada
en la luz
y que no obstante se alza
se envanece
se ciega
tapa el vacío con cortinas de humo
manotea ilusiones
y nunca toca nada
nunca conoce nada
nunca posee nada.
Esta ausencia distancia
este confinamiento
esta desesperada
esta vana infinita soledad
la conciencia.

Mujer de matorral, Romina Serrano, «La Biblia de una mujer»

domingo, junio 15th, 2025

(Más poesía uruguaya en https://sujetos.uy/ , descarga gratuita del libro aquí )

Me hice mujer en un matorral,
estaba sola entre la maleza
con demasiada oscuridad
como para tener miedo
de volver con la entrepierna manchada
adúltera de mi niñez.
Sé que piensan que fue alguien,
cualquier fulano estúpido, insulso
y precoz,
quien me hizo mujer
luego, mucho después de la ternura.
Pero mujer me hice sola
despedazando aquel día lo verde,
plantando mi natura
erótica
elegíaca
enterrada
bajo la tierra de un rancho mal cuidado
donde luego habría flores, luz, tiempo.
Mujer de matorral
Desde entonces,
amarilla, amarilla,
con la tierra natal manchándome la
piel
furiosa y bella
como los girasoles de Van Gogh
dándole en la cara
toda la brutalidad que encierra un día.

boceto 120625 (rayo 80)

jueves, junio 12th, 2025

Escribir, al fin,
no es más que un proceso profiláctico, fisiológico, sacar
la basura del alma,
el corazón o de cualquier otra
víscera indispensable.


Si piensas
que este poema es una mierda
estás
en lo cierto amiga, estás
en lo cierto.

La avaricia del cuerpo que es mi nombre

martes, junio 10th, 2025

(Un poema de Isidora Vicencio)

Confieso espera de morir
porque me estoy cansando de materias y partículas
Quiero permanecer callada
caminar un sendero sin hombres
volverme animal olvidado que habito cómoda
Me entristece la carne de la soledad
y la forma de mis palabras
La avaricia del cuerpo que es mi nombre
por un par de monedas torcidas
Mi consuelo no es sangre ni verbo
tampoco me calma una madre
Quiero dejar que mi nombre se disuelva
solo así podré habitar la casa
que es toda silencio

Poema (Manifiesto Azul 2019)

martes, junio 10th, 2025

Sé que eres tú quien cambia las señales de tráfico
por las noches.
Te amo por ello
y te respeto.


que juegas
a los laberintos con las calles
y que te escondes
de tu sombra
y huyes
de todos los alientos
de la madrugada.
Y te amo y te respeto
por ello.

Te despiertas, cada día, a mi lado
y disimulas
la cacería nocturna
y pides café y tostadas
como quien dice «no puedo
vivir sin ti».
Por ello
te amo
y te respeto.

Te amo y te respeto y te sigo
a hurtadillas
por el laberinto.

Y me estampo en las esquinas,
para ver
tu risa
divertida y
malévola,
y me adentro
en el laberinto
y doy vueltas
y vueltas
hasta que tú,
haciendo
como que no sabes nada,
envías
a dos pequeñas tortugas
a rescatarme.

Me duermo solo para esperar
tu despertar, cada día, a mi lado,
tus ojos pidiendo
café y tostadas
como quien dice “no podrías
vivir sin mi”.

Te amo
por ello y te respeto,
y preparo café
y disimulo.