MARILLION (un poema de Andrés de la Orden)

Dicen que te marcharás
en breve.
Que tus bigotes y tus ojos ya no me harán cosquillas
en la cama, y definen
enfermedades felinas, y barruntan
prontos colapsos renales y visitas de Bastet, siempre
tan terrible.
Pero yo sé que las noches de hospital tienen sábanas tal púas,
Levantazos de abandono y grilletes de lágrimas
en vena, y conozco los siete estamentos
eternos
de tu libertad.
Ya son pocos los días, dicen tus curanderos.
Y cómo mienten.
Yo conozco tu nombre, y es tinta sobre mi piel.
Tendrás manos y arrumacos en ese tu viaje
en las almadías, sigilosas, que singlan las cavernas
donde juntos moraremos.
Esta es nuestra casa y esta nuestra siempre, siempre, más allá, Calma
de Enero.
Dicen que te marcharás, pero desconocen
que derrotaste a Grendel y eres la guitarra
que dio color a las lavandas.
Tú quedarás, hermano, aquí con nos, y nosotros,
tras tus patitas
nos iremos contigo.

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